martes, 3 de diciembre de 2013

Cambios

Estos primeros días de P. en el colegio no son tan sencillos como parece. Aparentemente todo es fácil, alegre y fluido. Pero P. está haciendo algo parecido a lo que hizo cuando el año pasado empezó P3 en un colegio que también era nuevo para él: sacarlo después.
Entra muy contento al colegio, lo pasa muy bien "como si llevara toda la vida viniendo" dice su maestra. Y es cierto. Pero es a la salida, a la vuelta, donde le cogen los 'berrinches' por -aparentes- tonterías que en cuanto me doy cuenta no son mas que eso que en un adulto llamaríamos 'estrés' Un sitio nuevo, mucha gente nueva, nuevas normas, nuevos espacios, rutinas que aun no lo son para él...  Eso de "los niños se adaptan enseguida" será para otros. Aunque yo lo que mas quiero ahora es empezar a trabajar, el Cosmos en su infinita sabiduría me está dejando acompañarle en esta etapa que no es tan fácil como todos ven.
Soy consciente de que suena a madre pesada, superprotectora... que "no le pasaría nada" si yo no estuviese ahí a la salida del colegio para que a mitad camino termine contando que en realidad llora porque aun no sabe como se llaman todos los demás, o porque un niño le ha dicho que no sabe hacer las cosas, o porque no sabe qué le va a pasar mañana. El "no le va a pasar nada... " es una de las mas odiosas expresiones que hay en cuanto a educación infantil. Si yo me muriera mañana, a P. tampoco "le pasaría nada" crecería y se haría adulto y sin comer no se iba a quedar, alguien se ocuparía de él. Pero no se trata de eso. Se trata de buscar la mejor opción. Y la estoy teniendo. Me es mas urgente, después de los últimos meses que ha vivido P. que se adapte (realmente) a su nueva situación y a su nueva vida, que empezar a ganar dinero (que también me es urgente) Cuando realmente esté bien del todo, encontraré ese trabajo. Y lo dejaré 'sólo' mucho mas tranquilo él y mucho mas tranquila yo. Por un poco menos de dinero no nos va a pasar nada.

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