jueves, 24 de octubre de 2013

La importancia del meñique

Treinta años pensando que sabía hacer ganchillo y resulta que no tengo ni pajolerilla idea. Tampoco es que me considerase con un Advanced Ganchilling pero bueno, desde mi ignorancia creía tener un elemental alto, tirando a medio. Error!

En una metáfora profunda de narices, ayer aprendí a hacer ganchillo. Algún punto nuevo también, aunque eso sea lo de menos. Aprendí de verdad, aprendí la importancia del meñique y cómo hacerlo trabajar para que el resultado sea el mejor. Ni siquiera lo usaba y ahora que he comprendido... me asombra lo mal que lo hacía. Lógico. No conocía las reglas básicas, me las saltaba (sin querer ni saber, pero me las saltaba) a la torera, y el resultado era el que era: apañetes, cosas pobres, sosas y sin alma.
Y todo vino porque había algo en el resultado de lo que estaba haciendo que me decía que aquello no era lo que debería ser, o mejor dicho, no era lo que yo quería que fuera. La lana correcta, la aguja correcta, yo se hacerlo (creía yo) Entonces ¿por qué este resultado? Esto no es lo que yo quiero!

A. al rescate me arreó una de sus collejas entre contundente cariñosa y espabiladora. Si tu no sabes ¿qué tal preguntar a alguien que si? ¿Ya sabes quien o también te lo tengo que decir yo?

Y así lo hice para regocijo (espero) de A. Me llevé una bolsita glamourosa con los apañetes, y recibí la primera y verdadera lección de ganchillo de my whole life. Qué descubir. Qué abrir los ojos y los chakras. Control del hilo con el meñique, largo de los puntos, vueltas... básicos, superbásicos que desconocía completamente. Preguntas en el aire que flotaban como en bocadillos sin saber hasta qué punto metían el dedo en los chakras Si no sabías todo esto hasta ahora ¿cómo podías hacer ganchillo? La respuesta, precisamente esa, haciendo sin saber, sin conocer reglas básicas, y con el correspondiente resultado.

Treinta años después aprendo y voy aun mas despacio que cuando 'empecé' por primera vez. Despacio no sólo porque estoy aprendiendo, sino porque mi costumbre es hacerlo tan mal que me tengo que concentrar al mismo tiempo en hacerlo bien y en no hacerlo mal. A desaprender! Voy despacio, muy despacio. El resultad final, eso si, es totalmente diferente. Misma lana, misma aguja, mismas manos. Distinto corazón. Y mucho agradecimiento

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