martes, 12 de noviembre de 2013

Achuchada

Hay pocas cosas mas gratificantes en esta vida que dos amigas sentadas a la mesa de una cocina, con una taza de café/te y un tiempo por delante de conversación.
Si además a eso le sumamos, porque una de las amigas era yo, claro, que la otra era una 'repescada', la oxitocina se multiplica.

El Universo en su infinita sabiduría me quita y me da, me aprieta y me achucha.

S., como A-chi en su día (aunque A-chi mas) era de esas personas que en el fondo me dolía haber perdido. Y sin comerlo, beberlo ni buscarlo, en un pis pas cósmico me he visto en su casa, diez años después, contándonos vidas, milagros y alguna que otra putada de la que aprender.

Tantas casualidades no pueden ser casualidad.

El Universo en su infinita sabiduría me da mas de lo que me quita y me achucha mas de lo que me aprieta, a pesar de que yo a veces me ponga en modo ceporro y no me entere.

Ya queda poco para el fin de este curso que terminará en una especie de examen, de prueba. Esa frase de que el pájaro no tiene miedo porque confía no en la rama donde se apoya sino en sus propias alas, es muy bonita pero sólo es eso, una frase. Y como en todo curso, al final hay que demostrar que se ha aprendido lo que se tenía que aprender. Y/o que se ha desaprendido lo que se tenía que desaprender. Va llegando el momento de poner en práctica, de pasar a la acción, de pensar menos y hacer mas, de criticar menos y demostrar mas. Es difícil y es lo mejor. Y es con ayuda, con mucha ayuda, con muchos apoyos que nunca alcanzaré a agradecer lo suficiente.

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